TU IMAGEN NO DETERMINA TU IDENTIDAD
Hace un tiempo seguimos en redes sociales a Charlie, un clown reconocido, quién modela, orienta e invita a mantener un enfoque de vida basado en el amor de Jesús y lo hace a través de un Slogan denominado Identidad Creada. Su contenido nos lleva a reflexionar sobre un tema muy valioso para todos, ¿Qué tanto incide nuestra imagen exterior con nuestra identidad (Quién soy)? tal cual ocurre con Charlie quien guarda una estrecha y saludable relación entre como se ve y quién es.Ahora bien, a qué hace referencia nuestra imagen: apariencia visual de algo o alguien, la cual tiende a cumplir con una serie de prototipos y expectativas generadas por el entorno social y relacionado a, “vernos atléticos, equilibrados, saludables, jóvenes, diferentes”. Esto también incide en la imagen que deseamos proyectar de nuestra familia, pretendemos que esta se perciba “sin problemas, sin crisis, perfecta” … pero nos olvidamos que la imagen no se da por sí sola, sino es el reflejo de nuestra identidad, relacionada al valor esencial que tiene cada persona y que no está determinado por lo que hacemos, sentimos y/o pensamos. Lo anterior nos desafía a guardar un saludable equilibrio entre estos dos aspectos.
Sabemos que es un tema amplio que implica pensar sobre creencias, fe, aprendizaje, educación y otros aspectos, pero de forma puntual, los invitamos a reconocer juntos aspectos importantes sobre nuestra identidad:
¿Cómo se construye?
La familia es una de las principales fuentes para generar una identidad sólida. La calidad en los vínculos afectivos, las palabras, valores y otros aspectos de la dinámica familiar nos dan una percepción saludable o no de lo que somos.
Figuras representativas de otros contextos (colegio, barrio, trabajo) alimentan
nuestra identidad.
Pero por encima de estos aspectos es Dios, quien desde nuestra
creación con sus palabras nos dice quiénes somos dándonos un sello, una huella
inconfundible e irrepetible de ser hijos de Él. A partir de estas palabras
somos nosotros quienes tenemos la responsabilidad de cuidar la imagen correcta
que hemos recibido en nuestra identidad, dejando de lado otras voces,
pensamientos y emociones contrarios a esas palabras y verdades de amor que Dios
nos da.
¿Qué la puede distorsionar?
· Las
situaciones de cambio inesperado y de crisis en el país, la familia, el
colegio, el barrio, afectan nuestra identidad. Cuando, por ejemplo, migramos de
un país a otro de manera forzosa nos alejamos de la cultura, costumbres, formas
y tradiciones que nos hacían Ser y comenzamos a dudar de nuestro
valor, de nuestra capacidad, del propósito de vivir en este mundo.
· Nuestra
identidad se va fortaleciendo a lo largo de la vida (etapa de la gestación, la
niñez, la adolescencia, la edad adulta joven y la edad madura), donde nuestra
identidad debe superar desafíos, por ejemplo, durante la pubertad buscamos
dejar de ser niño y nos identificamos con personas que admiramos incurriendo a
veces en seguir modelos que se alejan de lo que realmente somos.
· Las
situaciones donde se vulnera nuestra integridad y dignidad (antecedentes de
abuso sexual, diferentes tipos de maltrato, abandono, rechazo, entre otros)
Pero la buena noticia es, PUEDES RESTAURARLA. Acompáñanos a reconocer principios claves de tu identidad:
1. Eres un ser humano creado a imagen y semejanza de Dios
Dios nos creó a su imagen y semejanza (Gn.
1:26). Él es Espíritu (Jn.
4:24), y esto significa que ser hechos a su imagen no se refiere a nuestra
apariencia física, sino a nuestra capacidad especial para pensar, sentir, y
decidir. Tenemos intelecto, emociones, y voluntad.
2. Eres un ser humano creado
con propósitos divinos
Dios “da vida a los muertos, y llama las cosas que no son, como si
fuesen” (Ro. 4:17). Este texto nos habla del Señor de los propósitos. Fuiste
creado conforme al plan de Dios, incluso si tu nacimiento no fue planificado
(Ef. 1:12).
3. Eres un hijo de Dios único y
especial
No importa si naciste en un hogar fragmentado, hoy eres adoptado en
Cristo y nunca más serás llamado ni visto como hijo ilegítimo. Aquí cobra mayor
sentido el pasaje: “Porque, aunque mi padre y mi madre me hayan abandonado, el
Señor me recogerá” (Sal. 27:10).
4. Eres un ser humano
imperfecto (en manos del Dios perfecto)
Nuestra imperfección es parte de nuestra naturaleza caída, manchada
por el pecado. “Pero Dios demuestra su
amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros”
(Ro. 5:8).
Psicol., Adriana Maturana
Pr., Freddy Rojas
https://concepto.de/identidad/
https://es.wikipedia.org/wiki/Identidad_(ciencias_sociales)