¿Que pasa con mis hijos?
Por: Laura Medina
La
rivalidad entre hermanos es una parte natural del crecimiento que se da muy a
menudo; hay muchos factores que pueden interferir en la relación de tus hijos,
como la diferencia de edad, el sexo, la personalidad o el tamaño de la familia,
no obstante, existe un peligro constante cuando la rivalidad pasa de ser algo
natural a un comportamiento ansioso u hostil, que pueda llegar a durar muchos
años, lo que suele ser frustrante y estresante para los miembros de la familia.
Algunas
manifestaciones de rivalidad entre hermanos se evidencian en los golpes, los
insultos, las peleas y el comportamiento inmaduro (Artola, 2017). Por lo
general, los niños más pequeños tienden a pelearse físicamente, mientras los
niños mayores son más propensos a tener peleas verbales (Rady Children's,
2002).
¿Por qué se da la
rivalidad?
- El deseo de obtener para sí mismo la atención de los padres.
- La inseguridad puede llevar a formar ideas que no son acordes a las situaciones, cómo, por ejemplo: “él es el preferido”, “mi hermano es mejor que yo”, “quieres más a mi hermano que a mi”
- Por estilos de crianza permisivos, sobreprotectores o autoritarios, donde se dan mensajes confusos a los niños frente a su comportamiento.
¿Cómo lo podemos
abordar desde casa?
- Alienta a tus hijos a conversar sobre las diferencias que existen entre ellos.
- Ayúdales a entender que los problemas se solucionan dialogando y enfócate en siempre adoptar una postura neutral.
- Evita hacer comparaciones, ya que hacerlas puede hacerlos sentir mal e inseguros.
- Felicita cuando veas que el trato entre los hermanos es respetuoso y logran trabajo en equipo.
- Realiza actividades que se enfoque en los gustos de cada niño, ya que sus intereses pueden variar.
- Establece reglas básicas de cual es un comportamiento respetuoso y cual no en el hogar, por ejemplo: No está permitido insultar a ningún miembro de la familia.